En 1758
Carolus Linnaeus dio al gran tiburón blanco su primer
nombre científico,
Squalus carcharias. Sir Andrew Smith le dio el
nombre genérico Carcharodonen 1833, y en 1873 el nombre genérico fue identificado con el nombre específico de Linnaeus y el nombre científico actual,
Carcharodon carcharias.
Carcharodonviene de las palabras griegas καρχαρίας "karcharías", que significa "agudo" o "dentado", y οδους, "odous", que significa "diente".
2[editar]Nombres comunes
La especie
Carcharodon carcharias recibe multitud de nombres a lo largo de su área de distribución. En
español, las denominaciones más comunes son
tiburón blanco y
gran tiburón blanco (esta última influida por el nombre oficial en
inglés,
great white shark). El nombre de "blanco" se debe a que en algunos ejemplares viejos, con el paso de los años, han ido aclarando el tono negruzco de su dorso hasta un gris claro, y junto al blanquecino del vientre, les dan el aspecto de ser blancos. Y como escualos que son, siguen creciendo a lo largo de su vida y cuanto más viejos más grandes, de ahí lo de "gran blanco".
En
España, la denominación tradicional de origen
medieval (recuérdese que la propia palabra
tiburónprocede de las
lenguas caribe, y por tanto no se incorpora al español hasta el
siglo XVI) lo identifica como
jaquetón (aumentativo de jaque, amenaza), nombre que junto con distintos adjetivos se aplica también a muchas otras especies de la
familia Carcharhinidae. Existe también el nombre
jaquetón blanco, derivado de la fusión entre el nombre anterior y el de tiburón blanco, más popular en la actualidad. El nombre de
marrajo, como se le menciona a veces, puede llevar a confusiones con otras especies de tiburones.
En
Uruguay se da también el nombre de
africano a esta especie, mientras que en otros países optan por denominaciones más
truculentas como
devorador de hombres en
Cuba. En este último país también se le conoce como
jaquetón de ley, nombre que en España queda reservado a la especie
Carcharhinus longimanus.

Dimensión del tiburón blanco respecto al
Carcharodon megalodonSe estima que el tiburón blanco apareció en el planeta durante el
Mioceno, siendo el
fosil más antiguo,encontrado de hace unos 16 millones de años aproximadamente. Según los biólogos deriva del
Carcharodon megalodon, un gigantesco tiburón prehistórico. Sin embargo, otros expertos consideran que, a pesar de la indudable pertenencia de ambos al orden de los
Lamniformes, el tiburón blanco en realidad tenga mayor parentesco con el
Mako, del género de los
isurus.
Según los paleontólogos Shelton Applegate, Maisey John, Robert Purdy y el biólogo Leonard Compagno, el Megalodon y el gran tiburón blanco provienen de los
Cretolamna Carcharodon, y por lo tanto deben ser considerados como miembros del mismo género, los
Carcharias, y de la misma familia, los
Lamnidae.
Cappetta Henri, John Long, Mikael Siverson, y David Ward, por su parte, encuentran que el tiburón blanco viene de una línea separada de la del
Megalodon, que a su vez deriva del
Cretolamna y el
Otodus, dos tiburones prehistóricos extintos. También hay teóricos que establecen su descendencia del
Carcharodon orientalis, que se cree que pertenecía a un eslabón perdido de la evolución. La similitud entre los dientes de Megalodon y de Tiburón blanco demuestran la convergencia evolutiva entre ambos, pero no una relación genética directa. Sin embargo, los cientifícos aún hoy debaten la procedencia exacta del Tibúrón blanco.
[editar]Descripción
[editar]Características generales
Los tiburones blancos se caracterizan por su cuerpo fusiforme y gran robustez, en contraste con las formas aplastadas que suelen lucir otros tiburones. El morro es cónico, corto y grueso. La boca, muy grande y redondeada, tiene forma de arco o parábola. Permanece siempre entreabierta, dejando ver al menos una hilera de dientes de la quijada superior y una o dos de la inferior, mientras el agua penetra en ella y sale continuamente por las branquias. Si este flujo se detuviese, el tiburón se ahogaría por carecer de
opérculos para regular el paso correcto del agua, y se hundiría en la misma, ya que al no poseer tampoco
vejiga natatoria se ve condenado a estar en continuo movimiento para evitarlo.
Durante el ataque, las fauces se abren hasta tal punto que la forma de la cabeza se deforma, y se cierran luego con una fuerza 300 veces superior a la de una mandíbula humana.
Los dientes son grandes, aserrados, de forma triangular y muy anchos. Al contrario que otros tiburones, no poseen
diastema ni reducción de diente alguno, sino que tienen toda la quijada provista de dientes alineados e igualmente capaces de aferrar, cortar y desgarrar. Detrás de las dos hileras de dientes principales, los tiburones blancos tienen dos o tres más en continuo crecimiento que suplen la frecuente caída de dientes con otros nuevos y se van reemplazando por nuevas hileras a lo largo de los años. La base del diente carece de raíz y se encuentra bifurcada, dándole una apariencia inconfundible en forma de punta de flecha.
Los orificios nasales (narinas) son muy estrechos, mientras que los ojos son pequeños, circulares y completamente negros. En los costados se sitúan cinco hendiduras branquiales, dos aletas pectorales bien desarrolladas y de forma triangular y otras dos, cerca de la aleta caudal, mucho más pequeñas. La caudal está muy desarrollada, al igual que la gran aleta dorsal de su lomo, de forma inconfundible para cualquiera. Otras dos aletas pequeñas (segunda dorsal y anal) cerca de la cola, completan el aspecto de este animal.
A pesar de su nombre, el jaquetón sólo es blanco en su parte ventral, mientras que la dorsal es gris o azulada. Este patrón, común en muchos animales acuáticos, sirve para confundirse con la luz solar (en caso de mirarse desde abajo) o con las oscuras aguas marinas (en caso de hacerlo desde arriba), constituyendo un camuflaje tan simple como efectivo. El extremo de la parte ventral de las aletas escapulares y la zona de las axilas aparecen teñidos de negro. La piel, muy áspera, se compone de duras escamas llamadas dentículos dérmicos por su forma afilada.
No obstante, la denominación de "tiburón blanco" podría tener su lógica en el caso de avistarse ejemplares
albinos de esta especie, que aunque son muy raros existen. En
1996 se pescó en las costas de
El Cabo Oriental (
Sudáfrica) una hembra joven de apenas 145
cm que exhibía esta rara característica.
Las terminaciones nerviosas del extremo frontal, antes mencionadas, recogen la menor vibración ocurrida en el agua y guían al animal hasta la posible presa que esté causando esa perturbación. Otros receptores (conocidos como
ampollas de Lorenzini, unas
células especializadas con una forma similar a la de minúsculas "botellas") situados en torno a los orificios nasales, le permiten captar también campos
eléctricos de frecuencia variable que probablemente use para orientarse en sus migraciones a través de largas distancias. Por si esto fuera poco, su olfato es tan potente que la presencia de un par de moleculas de sangre las detecta entre un millón de moleculas de agua a
kilómetros de distancia sirve para atraerlo, al tiempo que se vuelve mucho más agresivo. La vista tiene menos importancia, pero también está bien desarrollada y tiene un papel muy importante en la aproximación final a la presa y su peculiar modelo de
acecho y ataque desde debajo de la misma.
La longitud más frecuente entre los tiburones blancos adultos es de 4 a 7
metros (siendo los machos menores que las hembras), aunque se han citado casos de individuos excepcionales que rebasaban ampliamente esas medidas. En la actualidad no se puede asegurar cuál es realmente el tamaño "tope" o máximo en esta especie, hecho que se ve reforzado por la existencia de notas antiguas y poco fiables sobre animales realmente gigantescos. Varios de estos casos se analizan en el libro
The Great White Shark (
1991) de Richard Ellis y John E. McCosker, ambos expertos en tiburones.

Tamaño del tiburón blanco respecto al ser humano
Al amparo de esta longitud máxima, los avistamientos de tiburones blancos de 7 a 10 m de largo fueron considerados hasta cierto punto comunes y aceptados sin gran discusión. Sin embargo, varios investigadores pusieron en duda la fiabilidad del reporte de Port Fairy, haciendo hincapié en la gran diferencia de tamaño entre este individuo y cualquiera de los otros tiburones blancos capturados. Un siglo después de la captura, se estudiaron las
mandíbulas del animal, todavía conservadas, y se pudo determinar que su auténtico tamaño corporal rondaba los 5 metros de largo. La confusión pudo ser producto de un fallo tipográfico, un error derivado del paso de unidades anglosajonas a internacionales (5 m son unos 16,5
pies) o una simple exageración. Respecto al ejemplar de
New Brunswick, los expertos creen hoy en día que debió tratarse de un
tiburón peregrino (Cetorhinus maximus), especie con un cuerpo similar al del tiburón blanco y que es corriente en aguas canadienses.
Volviendo a Ellis y McCosker, éstos aseguraron en su obra que los mayores tiburones blancos rondan los 6 m de longitud, y que los informes sobre individuos de 7 m ó más, aunque existentes en la literatura popular, no están presentes en la científica. Recalcan el hecho, además, de que al igual que las supuestas
anacondas y
pitones gigantes, "
estos [tiburones]
gigantes tienden a desaparecer cuando un observador responsable se aproxima con una cinta métrica".
El mayor tamaño que Ellis y McCosker consideran como cierto es el de un tiburón blanco de 6,4 m capturado en aguas cubanas en
1945 , aunque apuntan que otros expertos consideran que su tamaño debió ser algo menor. El peso atribuido (pero no confirmado) a este ejemplar fue de 3270 kg. Desde entonces se han publicado noticias de ejemplares mayores pero Ellis y mcCosker hacen notar que las mediciones son a menudo deficientes y, una vez verificadas, dan resultados que suelen estar entre los 6,1 y 6,4 m. Por ejemplo, muchas publicaciones hablan de un tiburón blanco hembra de 7 m pescado por Alfredo Cutajar en la isla de
Malta, en 1987. En su libro, Ellis y McCosker aceptan que este tiburón parecía tener un tamaño superior a la media, pero no consideran como cierta la medida de 7.13 m. Durante los siguientes años, otros expertos también han encontrado motivos para dudar de este dato, debido en parte al desacuerdo entre Cutajas y otros testigos a la hora de fijar las medidas. Finalmente, un analista fotográfico de la BBC concluyó, teniendo en cuenta el error al que la perspectiva puede llevar en la fotografía del animal, que el tamaño real del animal estaría en torno a los 5,6 m.
3Actualmente, la mayoría de los expertos están de acuerdo en que el tamaño máximo que puede alcanzar un tiburón blanco "no excepcional" es de unos 6 m de longitud y alrededor de 1,9
t de peso. Los informes sobre tamaños mucho mayores que éste suelen considerarse dudosos y según el
Canadian Shark Research Centre (Centro Canadiense de Investigación del Tiburón ), el gran tiburón blanco más grande correctamente medido fue una hembra capturada en agosto de 1988 en la
Isla del Príncipe Eduardo, que midió 6,1 m. El tiburón fue pescado por David McKendrick, un residente local de
Alberton,
West Prince. McKendrick y un hombre llamado David Livingstone tienen el primer y segundo mayor diente de este tiburón.
3En lo relativo al peso se añade un nuevo problema, ya que éste puede variar ligeramente en función de lo que el tiburón haya comido y si lo ha hecho de forma más o menos reciente. Un ejemplar adulto puede introducirse en la boca hasta 14 kg de carne de un solo mordisco, y almacenar varios más en su estómago hasta que termina de digerirlos. Por esta razón, Ellis y McConker consideran posible que los tiburones blancos puedan llegar a alcanzar pesos de 2
t, aunque el mayor de los que ellos han estudiado "sólo" pesaba 1,75 t.
El mayor tiburón blanco reconocido por la Asociación Internacional de Pesca Deportiva (IGFA, en sus siglas en inglés) es un ejemplar de 1.208 kg capturado por Alf Dean en
1959, al sur de Australia. Se conocen muchos otros ejemplares mayores, pero la IGFA no los tiene en cuenta por haber sido capturados sin respetar las normas impuestas por esta organización.
[editar]Distribución
El tiburón blanco vive sobre las zonas de
plataforma continental, cerca de las costas, donde el agua es menos profunda. Es en estas zonas donde la abundancia de luz y corrientes marinas genera una mayor concentración de vida animal, lo que para esta especie equivale a una mayor cantidad de alimento. Sin embargo, están ausentes de los fríos océanos
ártico y
antártico, a pesar de su gran abundancia en
plancton, peces y mamíferos marinos. Los tiburones blancos tienen un avanzado metabolismo que les permite mantenerse más calientes que el agua que les rodea, pero no lo suficiente como para poblar estas zonas extremas.
Áreas con presencia frecuente de tiburones blancos son las aguas de las
Antillas Menores, algunas partes de las Antillas mayores, el
Golfo de México hasta
Florida y
Cuba y la Costa Este de
Estados Unidos desde allí hasta
Terranova; la franja costera de
Rio Grande do Sul a la
Patagonia, la del
Pacífico de
América del Norte (desde
Baja California hasta el sur de
Alaska, donde llegan en años anormalmente cálidos) y del
Sur (desde
Panamá a
Chile);
archipiélagos del
Pacífico como
Hawaii,
Fijiy
Nueva Caledonia;
Australia (con la excepción de su fachada norte, siendo abundante en el resto),
Tasmania y
Nueva Zelanda, siendo muy frecuente en la zona de la
gran barrera de coral; norte de
Filipinas y todo el litoral asiático desde
Hainan hasta
Japón y la
isla de Sajalín;
Seychelles,
Maldivas,
Sudáfrica (donde es muy abundante) y las zonas cercanas a la desembocadura de los ríos
Congo y
Volta; y la fachada costera desde
Senegal a
Inglaterra, con agrupación apreciable en las islas
Cabo Verde y
Canarias, penetrando también en los mares
Mediterráneo y
Rojo. En éstas últimas zonas es donde la presencia humana, manifestada a través de la sobreexplotación pesquera y la contaminación de las aguas, han reducido considerablemente la distribución de esta especie. A pesar de ello, parece que persiste en el área alguna zona de cría, como por ejemplo la del
Estrecho de Messina. Ocasionalmente, esta especie puede alcanzar también aguas de
Indonesia,
Malasia, el
Mar de Ojotsk y la
Tierra del Fuego.
Normalmente se mantiene a una cierta distancia de la línea costera, acercándose sólo en aquellas zonas con especial concentración de
atunes,
focas,
pingüinos u otros animales de hábitos costeros. Igualmente, suele permanecer cerca de la superficie, aunque ocasionalmente desciende hasta cerca del
kilómetro de profundidad.
En un estudio reciente, se comprobó que los grandes tiburones blancos de California emigran a un área entre Baja California y Hawai conocido como "el Café del Tiburón Blanco", donde pasan al menos 100 días al año antes de volver a California Baja. En el viaje, nadan despacio y se sumerjen a unos 900 ms de profundidad. Tras regresar, cambian su comportamiento y hacen inmersiones cortas a aproximadamente 300 ms durante unos 10 minutos. Otro tiburón blanco etiquetado de la costa de Sudáfrica nadó a la costa del sur de Australia y regresó en el espacio de un año. Esto refutó las teorías tradicionales que decían que los tiburones blancos son depredadores territoriales costeros y abre la posibilidad de que exista una interacción entre poblaciones de tiburón blanco que antes eran consideradas independientes. Aún se desconoce por qué migran; barajándose la alimentación estacional o la existencia de áreas de acoplamiento.
4En un estudio similar un gran tiburón blanco de Sudáfrica fue rastreado nadando a la costa noroeste de Australia y atrás a la misma posición en Sudáfrica, un viaje de 20.000
km, en menos de 9 meses.
5[editar]Alimentación

Un tiburón blanco alimentándose.
Los tiburones blancos difieren bastante de ser simples "máquinas de matar", como sostiene la imagen popular (
leyenda urbana) que se tiene de ellos. Para poder capturar los grandes
mamíferos que constituye la base de la dieta de los adultos, los tiburones blancos practican una característica
emboscada: se sitúan a varios metros bajo la presa, que nada en la superficie o cerca de ella, usando el color oscuro de su dorso como camuflaje con el fondo y volviéndose así invisibles a sus víctimas. Cuando llega el momento de atacar, avanzan rápidamente hacia arriba con potentes movimientos de la cola y abren las mandíbulas. El impacto suele llegar en el vientre, donde el tiburón aferra fuertemente a la víctima: si ésta es pequeña, como un
león marino, la mata en el acto y posteriormente la engulle entera. Si es más grande, arranca un gran trozo de la misma que ingiere entero, ya que sus dientes no le permiten masticar. La presa puede quedar entonces muerta o moribunda, y el tiburón volverá a alimentarse de ella arrancando un pedazo detrás de otro. Excitados por la presencia de sangre, la zona se llenará pronto de otros tiburones. En algunas zonas del Pacífico, los tiburones blancos arremeten con tanta fuerza a las focas y leones marinos que se elevan un par de metros sobre el nivel del agua con su presa entre las mandíbulas, antes de volver a zambullirse.
Esta especie también consume carroña, especialmente la que procede de cadáveres de ballena a la deriva de los que arrancan grandes pedazos. Cerca de las costas, los tiburones blancos consumen grandes cantidades de objetos flotantes por error: en sus estómagos se ha llegado a encontrar incluso matrículas de
automóvil.
[cita requerida]Tanto la caza como el resto de la vida del gran tiburón blanco suelen ser solitarios. Ocasionalmente se ven parejas o pequeños grupos desplazándose a la búsqueda de alimento, labor que les lleva a recorrer cientos de
kilómetros. Aunque preferentemente nómadas, algunos ejemplares prefieren alimentarse en ciertas zonas costeras, como ocurre en algunas regiones de California, Sudáfrica y especialmente Australia.
[editar]Enemigos naturales
La orca puede constituir una amenaza para los tiburones blancos. El 4 de octubre de 1997 en las aguas que bañan las islas Farallon (
triángulo rojo) ocurrió un ataque de una orca hembra de 6,50 metros conocida por los científicos como
Ca2 contra un tiburón blanco, durante el cual el tiburón murió. No se sabe realmente el verdadero tamaño de aquel ejemplar debido a que quedó completamente destrozado, pero algunos expertos suponen que se trataba de un tiburón joven.
[editar]Reproducción
Aunque apenas hay unos cuantos casos de hembras grávidas capturadas, se puede afirmar que esta especie prefiere reproducirse en aguas templadas, en
primavera o
verano, y es
ovovivípara. Los
huevos, de 4 a 10 o tal vez hasta 14, permanecen en el útero hasta que eclosionan: es posible que en el tiburón blanco se dé canibalismo intrauterino (siendo las crías más débiles y los huevos aún por abrir devorados por sus hermanos más fuertes) de la misma forma en que sucede en otras especies de lámnidos, pero por ahora no es un hecho que esté totalmente probado. Unas tres o cuatro crías de 12
dm de largo y dientes aserrados logran salir al exterior en el parto e inmediatamente se alejan de su madre para evitar ser devoradas por ésta. Desde entonces llevan una vida solitaria, creciendo a un ritmo bastante rápido. Alcanzan los dos metros en el primer año de vida; los machos, más pequeños que las hembras, maduran sexualmente antes que éstas, cuando alcanzan los 3,8 m de largo, aunque de acuerdo con Compagno (
1984) algunos individuos podrían madurar excepcionalmente cuando todavía cuentan con apenas dos metros y medio. Las hembras no pueden reproducirse hasta que alcanzan entre 4,5 y 5 m de largo.
No se conoce gran cosa sobre las relaciones intraespecíficas que se dan en esta especie, y lo que respecta al apareamiento no es una excepción. Es posible que éste se produzca con más frecuencia después de que varios individuos compartan un gran festín, como por ejemplo un cadáver de ballena. La vida media para estos animales no se conoce con exactitud, pero es probable que oscile entre los 15 y 30 años.
[editar]Peligro de extinción
Debido al amplio rango de distribución de esta especie, es imposible saber el número de tiburones blancos que existen, aunque sea de forma aproximada. No obstante, su baja densidad poblacional, unida a su escasa tasa de reproducción, su larga infancia y su baja esperanza de vida hacen que el tiburón blanco no sea un animal precisamente abundante. La pesca deportiva de este tiburón, sin interés económico alguno, se ha incrementado en los últimos 30 años debido en gran parte a la popularidad de películas como
Tiburón (
Steven Spielberg,
1975) hasta el punto de que se la considera amenazada o en peligro de
extinción en varios lugares.
La Lista Roja de la
IUCN incluyó al tiburón blanco por primera vez en
1990 como especie insuficientemente conocida, y desde
1996 lo hace como vulnerable.
1 El II Apéndice del Convenio
CITES lo incluye como especie vulnerable si no se explota racionalmente.
Las medidas de conservación deben aplicarse obligatoriamente sobre las poblaciones en libertad, ya que la cría en cautividad del tiburón blanco es imposible, debido probablemente al acusado carácter nómada de la especie (se tienen datos de individuos visitando alternativamente las playas de Sudáfrica y Australia, a 22.000 km de distancia). El único ejemplar que ha llegado a ser exhibido vivo en un edificio fue una hembra joven llamada
Sandy, que vivió durante tres días del mes de
agosto de
1980 en el
Acuario Steinhart de
San Francisco. Tras sólo 72 h de cautiverio,
Sandy tuvo que ser liberada después de que dejara de comer y se provocase graves heridas al chocar repetidamente contra una de las paredes de su recinto. Posteriormente se descubrió que lo que atraía a
Sandy hacia ese lugar en particular era una minúscula diferencia de 125
microvoltios (millonésimas de
voltio) de
potencial eléctrico entre esa pared y el resto de las del acuario. La intensidad del campo eléctrico que
Sandy detectaba era tan pequeña que pasaba desapercibida para cualquiera de los otros animales que se encontraban en el mismo tanque de agua, incluidos varios tiburones de otras especies.
Por ahora no existe ninguna moratoria legal internacional sobre la pesca del tiburón blanco, aunque ésta está prohibida en algunas áreas de su distribución. El tiburón blanco es una especie protegida en California, la Costa Este de Estados Unidos, el
Golfo de México,
Namibia, Sudáfrica,
Maldivas,
Israel y parte de Australia (
Australia Meridional,
Nueva Gales del Sur,
Tasmania y
Queensland). La Convención de
Barcelona lo considera una especie amenazada en el Mediterráneo, pero casi ningún país con salida a este mar ha dispuesto medida alguna en favor de su conservación.
[editar]Ataques contra seres humanos
Aunque cueste creerlo por la leyenda urbana tan intensa en contra, los ataques de tiburones contra seres humanos son bastante raros. Dentro de éstos, los del tiburón blanco se pueden considerar anecdóticos si se comparan con los del tiburón tigre (
Galeocerdo cuvier) o el tiburón toro (
Carcharhinus leucas), el último de los cuales puede incluso remontar grandes ríos (
Misisipi,
Amazonas,
Zambese etc.) y atacar a las personas a varios kilómetros del mar. No obstante, las muertes causadas por estas tres especies en su conjunto son inferiores a las provocadas por serpientes marinas y
cocodrilos cada año, e incluso menores que los fallecimientos ocasionados por animales tan aparentemente inofensivos como
abejas,
avispas e
hipopótamos. Se considera que es más probable morir de un
ataque al corazón en alta mar que por el ataque de un tiburón.
En palabras del
biólogo Douglas Long, en EE.UU. (cuya Costa Oeste es el hogar de una importante concentración de jaquetones) "muere más gente cada año por ataques de
perros que la que ha sido muerta por tiburones blancos en los últimos 100 años".
6 Para zonas donde la presencia del gran blanco no es tan abundante, los ataques alcanzan números realmente irrisorios: por ejemplo, en todo el Mediterráneo sólo se han confirmado 31 ataques de tiburones contra seres humanos en los últimos 200 años, en su mayoría sin resultado de muerte. Para España, la cifra es de 4 ataques desde mediados del
siglo XIX (aunque la
ISAF sólo reconoce dos como suficientemente probados)
7 sin que ninguno de ellos acabase con la vida de la víctima. En estos dos últimos casos, las cifras ni siquiera se refieren a los ataques del tiburón blanco en particular, sino al conjunto de todas las especies de tiburones. De acuerdo con algunos investigadores estadounidenses, la cifra de ataques de tiburones blancos a nivel global entre
1926 y
1991 sería de 115, siendo California, Australia y Sudáfrica quienes registraron más. Resulta bastante ilustrativo el que en las aguas sudafricanas, infestadas de tiburones, la cifra de ataques de tiburones blancos desde
1940 sea de sólo 29 frente a las 89 agresiones protagonizadas por tiburones toro. En California se contabiliza alrededor de una víctima mortal por ataque de tiburón blanco cada cinco años.
Esta escasez de ataques, sobre todo mortales, se debe a que la mayoría de los tiburones en general y los blancos en particular no consideran a los humanos como auténticas presas potenciales. De hecho, es posible que el sabor de la carne humana les sea incluso algo desagradable, y desde luego que les resulta mucho menos nutritiva y bastante más difícil de digerir que la de ballena o foca, provistas de gran cantidad de grasa. La gran mayoría de ataques del tiburón blanco consisten en un único mordisco, tras el cual el animal se retira llevándose pocas veces algún trozo de la infortunada víctima (principalmente pies y piernas). Estos ataques se pueden deber a tres posibles razones:
- El tiburón no ataca a la víctima con intención de comérsela, sino porque la considera un intruso en su actividad diaria al que interpreta como una amenaza potencial. Por ello, la mordida y posterior retirada no sería más que una simple aunque desproporcionada "advertencia".
- El animal se siente confuso ante algo que nunca ha visto antes y no sabe si es comestible o no. Por tanto, el fugaz ataque es una especie de "mordisco-prueba" con el que intenta hacerse una idea de si le conviene alimentarse en el futuro de ese nuevo elemento en su mundo. El posible gusto desagradable y complicaciones digestivas posteriores impulsarán al tiburón a no cazar humanos después de esta experiencia.
- El tiburón confunde a la víctima con su comida habitual. En este caso se explicarían muchos de los ataques contra bañistas y surfistas en California, por ejemplo, ya que cuando se ven desde abajo resultan bastante parecidos a un león marino que sale a respirar aire o que se desplaza a toda velocidad cerca de la superficie del agua. Los ataques registrados contra pequeñas embarcaciones pesqueras y de recreo podrían explicarse como confusiones entre éstas y los cuerpos de cetáceos de tamaño medio o elefantes marinos muertos a la deriva.
Dada la naturaleza del ataque, la víctima humana muere en raras ocasiones durante el mismo. Cuando lo hace, la mayoría de las veces es por la pérdida masiva de
sangre, que debe evitarse de inmediato. La liberación de sangre en el agua puede atraer también a otros tiburones y peces carnívoros de diversas especies que pueden verse impulsados a realizar sus propios "mordiscos de prueba", para desgracia de la víctima.
Con todo, el peligro de ataque existe siempre, por remoto que sea. Resulta interesante el hecho de que el 80% de las muertes causadas por tiburones blancos ocurrieran en aguas muy cálidas, casi
ecuatoriales, cuando la mayoría de estos animales vive en zonas templadas. Esto se debe probablemente a que la gran mayoría de tiburones blancos son jóvenes y crías, que necesitan de las aguas templadas para su desarrollo, mientras que en las zonas más cálidas sólo se adentran los individuos más grandes y viejos, que son mucho más violentos y peligrosos.
Se han diseñado y ensayado varios métodos para evitar las heridas por mordedura de tiburón blanco en caso de un ataque repentino, entre las que se encuentran repelentes químicos,
cotas de mallametálicas que se superponen a los trajes de
buceo y aparatos que generan un campo eléctrico en torno al buzo o surfista y desorientan a cualquier tiburón que se aproxime, ya que perturban la información que éstos reciben a través de las
Ampollas de Lorenzini. Sin embargo, y por muy efectivos que puedan ser estos métodos, es evidente que lo mejor a la hora de evitar ataques es no cometer imprudencias como alejarse demasiado de la costa, nadar en solitario o en las primeras y últimas horas del día, visitar zonas con gran abundancia de pinnípedos (base alimenticia de los tiburones blancos adultos) o, evidentemente, acercarse de forma deliberada a un ejemplar, sobre todo si es de tamaño considerable.
Mientras buceaba cerca de las
islas de Cabo Verde, el
oceanógrafo Jacques-Yves Cousteau y un compañero suyo se encontraron por casualidad con un inmenso tiburón blanco. “[Su] reacción fue la que menos podíamos imaginarnos —escribió Cousteau—. Aterrado, el monstruo evacuó una nube de
excremento y se alejó a una velocidad increíble.” Su conclusión fue: “Al reflexionar en todas las experiencias que hemos tenido con el tiburón blanco, siempre me ha llamado la atención el gran abismo que media entre lo que el público se imagina que es y lo que comprobamos que realmente es”.
[editar]El tiburón blanco en la ficción
Los tiburones blancos aparecen como la encarnación del peligro en varias culturas y reciben el nombre de "devoradores de hombres" en distintas lenguas, especialmente en el área del Caribe. No obstante, la actual caracterización popular del tiburón blanco como el
asesino del mar por excelencia no existiría (o no estaría tan extendida) de no ser por el éxito comercial de la película
Tiburón en 1975. La película está basada en la novela
Jaws (
1974) de
Peter Benchley, que se inspira vagamente en un suceso histórico: la muerte de cuatro personas y la mutilación de otra causadas por ataques de tiburones en
Nueva Jersey, en
1916 (Ver "
Ataques de Matawan"). Sin embargo, hoy en día se considera más probable que los responsables de tales ataques fuesen varios tiburones y no obra de un particular
asesino en serie. Tampoco parece claro que el tiburón (o tiburones) fuese blanco, señalándose como posibles responsables las especies
Carcharhinus plumbeus y
Carcharhinus leucas. La película añadió algunas referencias en boca del capitán Quint al desastre del
USS Indianapolis (CA-35), un barco que se hundió en
1945 en el Pacífico, tras recibir el impacto de un
torpedo japonés, y cuyos supervivientes permanecieron en el agua durante cinco días mientras eran diezmados por el calor, la falta de agua y los ataques de los tiburones, que en este caso tampoco se identificaron como tiburones blancos, sino como ejemplares de
Carcharhinus longimanus. Esta película generó gran psicosis sobre el Tiburón Blanco.
La novela y luego la película establecieron una serie de clichés que desde entonces se han repetido en el cine de "monstruos asesinos", tanto terrestres como acuáticos, y que en muchos de los casos no se corresponden con las características reales de la principal especie afectada, el tiburón blanco. Esto ha contribuido a arraigar una serie de estereotipos y falsas creencias en torno a esta especie, hasta el punto de que Benchley, autor de la novela, ha afirmado que nunca la hubiese escrito de saber cómo eran realmente los hábitos de los tiburones blancos.
[editar]Tópicos recurrentes de las películas con tiburones blancos
- La película se inicia con un par de ataques misteriosos que pasan inadvertidos, obra de un tiburón enorme (en películas posteriores a Tiburón, el animal llega a veces a ser tan descomunal que es imposible seguir considerándolo un tiburón blanco, por lo que se recurre a su pariente extinto Carcharodon megalodon, el tiburón blanco gigante del Mioceno y Plioceno).
- El protagonista, un veterano que se guía por su intuición (y nunca falla) identifica correctamente al autor de las muertes, pero las autoridades no le creen. Tampoco falta el experto que le daría la razón de no ser por alguna característica que no cuadra ("No existe un tiburón tan grande", "Ese animal está extinto", "Nunca se ha visto un animal como ese en esta zona", etc.).
- Un nuevo ataque a la vista de todos le da la razón al protagonista. Se organizan batidas para cazar al animal, capturándose varios inocentes por error. El gigante asesino vuelve a actuar varias veces.
- Finalmente, el protagonista, acompañado de otros personajes, decide ir en busca del monstruo y acabar con él por sí mismo. El tiburón les ataca y mata a varios de ellos hasta que el protagonista acaba con el monstruo con un método de pesca tan poco convencional como hacerle tragar una carga explosiva y hacerla estallar luego, o electrocutarle. La inclusión de alguna escena final que deje la puerta abierta a una secuela es opcional.
Tiburón fue un sonoro éxito comercial, siendo la primera que superaba los 100 millones de
dólares de recaudación y desbancando a
El Padrino (
The Godfather,
1972) como película más taquillera de la Historia. El título no le fue arrebatado hasta el estreno de
Star Wars (
1977) y su impacto sobre la audiencia fue tan grande que aumentaron los casos de
hidrofobia y miedo a los tiburones en todo el mundo. Incluso descendió el nivel de afluencia turística a las playas durante una buena temporada. Por otra parte, varias personas comenzaron a pescar tiburones blancos de forma masiva, deseosas de emular a Martin Brody y el capitán Quint, lo que ocasionó un descenso considerable de las poblaciones de este animal. El mito de
Tiburón se perpetuó en los medios de comunicación, y su influencia se puede ver en series de
televisión,
cómics e incluso
videojuegos como
Tomb Raider o
Jaws:Unleashed. Muchas otras películas repitieron la fórmula que llevó al éxito a su predecesora, entre las que se cuentan las siguientes:
- Tiburón 2 (Jaws 2, 1978): un nuevo tiburón blanco enorme vuelve a vérselas con Martin Brody en su pueblo natal.
- L'Squalo Bianco (1980): sonoro plagio italiano de Tiburón, con una historia prácticamente idéntica a éste. Llegó a distribuirse en España bajo el falso título de Tiburón 3.
- El gran tiburón (Jaws 3-D, 1983): primera en hacer uso de la tecnología 3-D, reproduce el ataque de una gigantesca madre tiburón a un complejo acuático de Florida donde ha sido recluida su cría (una situación que nunca se daría en la realidad). El protagonista es el hijo mayor de Brody.
- Tiburón: La Venganza (Jaws: The Revenge, 1987): tras la negativa de Roy Scheider a volver, el personaje de Martin Brody fue "asesinado" con un ataque al corazón y el papel protagonista recayó sobre su viuda, a la que volvía a hostigar un tiburón blanco.
- Shark Attack (1999): producción televisiva que recrea una serie de ataques en una aldea africana.
- Shark Attack 2 (2001): secuela de la anterior.
Las recientes películas de animación
Buscando a Nemo (
Finding Nemo,
2003) y
El Espantatiburones(
Shark Tale,
2004) incluyen personajes cómicos encarnados por tiburones blancos. En la primera, el tiburón Bruce (clara referencia al tiburón mecánico de
Jaws) es
vegetariano y asiste a una especie de reuniones para ex-carnívoros donde trata de deshacerse de su
adicción a la ingesta de animales, pero sufre una recaída al sentir el olor de sangre en el agua. En la segunda, los tiburones son una especie de
mafiosos de los océanos dirigidos por su peculiar
Padrino blanco, Don Lino, a los que se enfrenta el pez protagonista, Óscar. A éste le ayuda a su vez el tiburón Lenny, hijo de Don Lino y también vegetariano.